Un calendario para el tiempo libre

Si ha decidido hacer algo para usted todos los días, le conviene prevenir para poder llevarlo a cabo debidamente. Nos olvidamos demasiado rápido de nuestros propósitos.

• Nuestro consejo

Hay dos estrategias para mantenerse firme:

• La primera es fácil: anote lo que quiere hacer cada día de la semana. Apunte en su agenda la actividad planeada con hora fija.

Si no tiene agenda, puede comprarse una o anotar sus planes en otro sitio,

como por ejemplo en la pizarra de la pared de la cocina. • La segunda es más difícil: debe Intentar superar su propia pereza. Ayuda mucho citarse con alguien; la compañía nos anima a seguir adelante.

Otra estrategia: imagínese el sentimiento placentero mientras está realizando o está acabando la actividad. El placer de una ducha caliente después del jogging, tomarse un buen vino después del squash o tomar el sol o ir a la sauna después de media hora de natación. Cierre los ojos e imagínese esta sensación de una forma plástica. Dése cuenta de que quiere sentirse así. Esto facilita mucho el primer paso que va a dar en su nueva dirección. Y recuerde: muchas veces hay que darse un empujón para iniciar alguna actividad al final del día. Pero después uno se siente bien y satisfecho.

Primero, el placer; después, el deber

Hay muchas razones por las que hoy no ha conseguido hacer algo para usted misma:

• Llegó visita inesperada;

• faltaba acabar esto o aquello;

• interrumpió una llamada telefónica,

• uno de los niños tiene un examen;

• hay que limpiar los cristales. Esta lista se puede prolongar indefinidamente.

• Nuestro consejo

No hay excusas que valgan. Lo que quiere hacer, tómeselo más en serio. En caso de duda, haga primero lo que le apetezca. Para todo lo demás ya habrá tiempo más tarde o mañana.

• Apropíese de esta frase: «Primero, el placer; después, el deber». Puede estar segura de que el deber nunca se olvida. Sus obligaciones se hacen siempre. Ya sabe que al final la principal perjudicada suele ser usted.

Usted tiene derechos: aprovéchelos

A veces las mujeres tienen dificultades en hacer algo para sí mismas, porque ni siquiera exigen derechos suyos que son evidentes. Son capaces de renunciar a ellos, cuando nadie espera esta renuncia. Por eso es importante tener presente a que usted tiene derecho a:

• espacio libre personal,

• decir que no, con buena conciencia,

• pensar primero en sí misma.

Mi consejo

Seguramente se le ocurren más derechos. Reivindíquelos. Insista en sus derechos cuando alguien quiera privarla de ellos.

Éste es el momento en que muchas mujeres se retiran de nuevo. Si así lo desea, la próxima semana estudie detenidamente cada uno de los siguientes derechos:

• Observe cómo usted misma y los demás los aceptan.

• Propóngase firmemente reivindicar su derecho.

• Quédese tranquila; no se Inquiete ni por reproches ni por dudas propias.


Proponerse algo diariamente

Pero no se quede en las grandes actividades. Proponemos a las madres que trabajan, que codo día hagan algo para ellas, algo que les guste de verdad y les produzca satisfacción. Leer un libro media hora, preparar con el compañero una comida apetecible, tomar un baño caliente o hacer gimnasia con toda la familia son posibilidades de convertir su día en algo bonito y relajante.

Usted tiene tiempo

Consideramos estos gritos

de desesperación como una fase

intermedia necesaria.

Muchas mujeres deben empezar

a familiarizarse con la idea de que

también ellas tienen la posibilidad

de crear un área personal

de disfrute completo en su tiempo

libre, muchas veces incluso

con marido e hijos.

Tal vez vaya todo un poco despacio,

necesite preparación intensiva, algo

de resistencia y firmeza y una cierta

«reconversión» de los hábitos

familiares, pero cuando lo haya

conseguido, aparecerá un sentimiento

de felicidad por haber logrado

justamente lo que deseaba;

y esto justifica plenamente esa

determinación, perseverancia

y autocontrol que le han costado

tanto esfuerzo.

Las dudas son normales, pero siga adelante

Usted nos va a decir que no tiene el tiempo necesario para todas estas ¡deas que hemos propuesto. También creerá que sólo una mujer sin hijos o sin trabajo se podría permitir una sola de estas alternativas, por una simple cuestión de tiempo.
Si nosotros le contamos que conocemos para cada una de estas actividades a una o varias mujeres con hijo(s) y trabajo que sí pueden llevarlas a cabo, usted probablemente subrayará las cualidades de los maridos o compañeros y afirmará: "Con mi compañero y mis posibilidades, no tengo la mínima oportunidad".

¿Por qué no algo completamente nuevo?

Admita también aquellos deseos que cree no poder realizar. La única condición: olvídese de la frase «No puedo hacer un curso de baile, de surf o el carnet de conducir motos a los cuarenta». Lo único que cuenta: «Esto me puede divertir». De momento, evite cualquier «pero». Decídase como si tuviera todo el tiempo del mundo y todas la facultades. Intente primero encontrar aquella actividad que le provoque el máximo placer, estímulo, relajación, impulso, bienestar, o todo a la vez.

Atrévase a hacer «locuras». Lo normal es que estas ¡deas solo surjan cuando nos permitimos pensar en ellas y no nos bloqueamos de antemano pensando: «Esto es completamente imposible». De repente, la ¡dea cae «del cielo»: aprender a tocar el piano, manejar una cometa, ir a un curso de submarinismo o escultura, o aprender bailes escoceses.

• Nuestro consejo

Si ha encontrado algo emocionante, dé ya el primer paso:

• Por ejemplo, busque un libro sobre su tema elegido o el programa de un curso sobre la actividad escogida.

• Hable con personas que se ocupen de ese tema.

• Examine si su curiosidad aumenta y permítase experimentar algunas cosas. No necesita hacer «B» por haber dicho «A». Tiene el derecho de dejar una tema simplemente y empezar algo nuevo tantas veces como le apetezca. Por supuesto, también puede no hacer nada. No se presione en su tiempo libre. Lo que hace en sus horas de ocio sirve para su placer y su tranquilidad. Da igual lo que quiera hacer:

¡lo importante es empezar!

Esto me divierte

La siguiente lista puede darle estímulos y ayudarla a encontrar lo que le gustaría hacer:

Aerobic

Artes marciales

Bádminton

Baile clásico

Bailes de salón

Body building

Canto

Ciclismo

Equitación

Escalada

Esquiar

Estudiar idiomas

Excursionismo

Ir al cine

Jogging

Meditación

Motociclismo

Natación

Leer

Paracaidismo

Pasear

Patinaje

Pintar

Salir a comer o a tomar una copa

Squash

Sauna

Tai Chi

Teatro

Tenis

Tiro al arco

Tocar un instrumento

Tomar el sol

Yoga


¿Qué te divierte a ti? Déjanos un comentario!


Descubra lo que realmente quiere hacer

Es bueno tomarse tiempo para uno mismo, pero hacer algo que le satisfaga verdaderamente es aún mucho más importante. Por ejemplo, Silvia; seguramente hubiera aprovechado más el curso del miércoles en vez de las horas de francés que empezó menos convencida.

De repente, muchas mujeres se dan cuenta de que ya ni saben lo que les interesa verdaderamente. Han cumplido demasiado tiempo con su deber para paliar su sentimiento de culpa, sin preguntarse lo que son sus auténticas necesidades personales.

Creación de un espacio personal libre

Compromiso profesional, familia, hogar... Sin embargo, no se olvide de lo más importante: tómese tiempo para usted misma. A largo plazo sólo puede responder a las exigencias del reto que se le presenta si se toma el tiempo suficiente para relajarse y reponer fuerzas. La mayoría de las madres con trabajo lo saben, pero no actúan consecuentemente.

Realmente, no es siempre posible cumplir con este objetivo. Desde dentro y desde fuera se acumulan demasiadas resistencias. Si la madre de dos hijos quiere participar en un curso de gimnasia, tiene que coordinar una serie de horarios. Por ello, muchas madres con trabajo renuncian a actividades personales, o se contentan con lo que pueda entrar en su escaso «tiempo de ocio».

Por ejemplo: Silvia, una procesadora de datos y madre sola con un hijo de dos años, encontró un canguro a precio aceptable solamente para los martes por la noche. Esto le permitió matricularse en un curso de francés que se impartía en el centro cívico de su municipio. Silvia hubiera preferido participar en un grupo de defensa personal para mujeres que se daba los miércoles. Pero entonces tendría que haber pagado más dinero a otro canguro.

Tómese en serio sus deseos y aspiraciones. Aunque la coordinación diaria del trabajo y de la familia tienen preferencia, usted debe intentar ganar tiempo para sí misma y emplearlo positivamente. Es mucho más fácil cumplir con las obligaciones necesarias si a la vez se persiguen metas propias tanto en la vida privada como en la profesional.

Nuestro consejo

Añadir calidad al tiempo dedicado a la familia se hace mucho más fácil cuando se tienen horarios fijos para estar juntos. Este tiempo lo debe llenar con actividades sensatas, con juegos, hablando o con iniciativas comunes. No se trata solamente de que usted quiera conocer mejor a su hijo. Usted debe ser abierto... Lo mejor es tener horarios fijos para reunir a toda la familia y compartir ese tiempo. La hora y las circunstancias dependen naturalmente de su agenda. Es importante que todos se puedan orientar hacia esa cita temporal.

En familias donde los niños pasan mucho tiempo sin la presencia de las madres, estas reuniones familiares periódicas se convierten en un acontecimiento enriquecedor. De repente, todos comparten el mismo papel, todos quieren y pueden comentar los acontecimientos y los logros del día.

Los niños necesitan seguridad

A pesar de todos estos intentos de independencia, los niños necesitan sentirse seguros (esto también vale para los adolescentes, aunque éstos nunca lo admitirían). Requieren el sentimiento de seguridad y el apoyo de los adultos en los que confían. Los niños se pueden volver miedosos en su impulso de independencia, cuando se encuentran abandonados o entregados sin protección a una situación de peligro. Pero si tienen la posibilidad de hacer experiencias seguras de exploración, entonces están orgullosos de todo lo que han sabido «hacer solos». No sólo los padres deben transmitir seguridad; tal vez los niños precisan del contacto con «extraños», de los que pueden imitar reacciones y comportamientos que no experimentan en su casa.

Desde los cinco años

A partir de los cinco años, los niños necesitan mucho tiempo para asimilar, jugando, sus vivencias. El juego es un factor desvalorizado, y los padres se creen más indispensables de lo necesario. La mayoría de los niños solamente experimentan el tiempo que pasan con los adultos positivamente si éstos saben intervenir lo menos posible. Para algunos niños, la clave de su querida independencia es «hacer algo por sí mismos».

No se puede generalizar sobre cuándo un niño se siente seguro. Algunos niños sólo se sienten protegidos cuando saben que en el cuarto de al lado hay una persona conocida, mientras que para otros niños basta con saber que por la noche se reencuentran con una persona familiar.

Para dar seguridad es importante la continuidad, no la singularidad. Esto quiere decir que muchas y diferentes personas pueden transmitir sensación de seguridad: padres, abuelos, maestros de párvulos, chicas/os au-pair...

Lo decisivo es que el niño sepa siempre que, al cabo de un tiempo aceptable para él, puede contactar con una persona de confianza. En este proceso de hacerse independiente y adulto, usted puede fortalecer de forma significativa la confianza de su hijo en usted transmitiéndole que no está enfadada con él cuando da su confianza a otras personas. La forma en que usted, como madre, puede ayudar a su hijo a encontrar a estas personas de confianza

Los primeros cuatro años

De 6 a 9 meses

En la siguiente fase empieza el desarrollo motor. Comienza controlando la capacidad de aprensión (coger y asir), seguida por s coordinación de brazos y piernas.

Muy importante: el niño empieza a distinguir caras y reacciona frente a rostros nuevos, en muchos casos con reserva. Algo exageradamente se habla del «miedo de los nueve meses». Estrategia: que tenga muchos contactos; así, el niño aprende aae lo nuevo es interesante.

Los primeros cuatro años

La relación apropiada entre libertad y seguridad depende naturalmente del propio niño, de su temperamento y predisposición y, desde luego, de su edad.

De 0 a 5 meses

En el primer medio año, el niño depende completamente de los demás. Sin embargo, no depende obligatoriamente de la madre: también a esta edad el cuidado puede ser realizado por el padre u otra persona de referencia, sin perjuicio alguno para el niño.

Aparente contradicción

Dos necesidades básicas y a veces aparentemente contradictorias de los niños son, por un lado, el deseo de independencia y, por el otro, la necesidad de seguridad y protección. Una de las condiciones más importantes para el desarrollo sano de su hijo es que tenga la posibilidad a independencia y que reciba la seguridad que necesita.

Independencia y seguridad

Su conflicto interior puede aumentar por el hecho de que los hijos a veces demuestran un comportamiento contradictorio: hay fases en las que quieren tener a su madre constantemente a su lado e incluso comparten secretos con ella, y también hay otras fases en las que están a la defensiva y quieren «hacerlo todo por sí mismos», sin ayuda de nadie.

Ejemplo

Susana es ingeniero y trabaja a jornada completa. Tiene dos hijos, Lucas (5) ySonia (8) y juega regularmente a squash.

El tiempo que pasa con sus hijos transcurre conscientemente, sin distracciones. Cuando está con sus hijos, Susana juega con ellos, les lee algo o inicia cualquier actividad que les divierta a todos. Con ello compensa el escaso tiempo que pasa con los niños. Aunque Susana no está libre de sentimientos de culpabilidad, ha encontrado una vía para asumir el problema. Ha cedido, como ella dice, todos los «servicios destinados al niño» a una «madre de día» en la que tiene plena confianza, la cual les recoge de la escuela y guardería, les prepara la comida y se ocupa de ellos hasta las cinco y media de la tarde. Dos tardes a la semana viene su suegra a acostar a los niños, mientras Susana juega a squash y después va a tomar una cerveza con su marido Pedro y algunos amigos.

Si tiene la mínima sospecha de que sus hijos pueden necesitarla durante más tiempo, lo comenta con ellos. A menudo se originan conversaciones con los niños muy instructivas que le transmiten con qué exactitud la observan y con qué precisión detectan si su madre está del todo con ellos o sólo a medias, debido a un problema de trabajo que la ata internamente. Para Susana, las indicaciones de los niños son muy importantes, pero ello no significa que pierda de vista sus propios intereses.

Los más afectados: los niños

Es importante encontrar la medida exacta para:

• el tiempo que efectivamente dedica a su hijo o hijos;

• la calidad de las horas que pasan juntos.

Si usted pasa 30 minutos completos con su hijo y está total y exclusivamente pendiente de él, este tiempo será suficiente. Su hijo tiene bastante con estos 30 minutos al día de entrega intensiva de su madre. Lo que importa es que verdaderamente se tome usted ese tiempo, que dedica a su hijo con toda intensidad y no se distraiga pensando en su trabajo, la casa u otros asuntos.


Lo que sus hijos necesitan realmente

Hemos comprobado que muchos tópicos sobre madres que trabajan y sus hijos no corresponden a la realidad. Sin embargo, hay un hecho indudable: sus hijos tienen que pasar más tiempo alejados de usted, con otras personas de referencia, que los hijos de madres que no trabajan o dedicadas a la casa. Si usted observa unas reglas básicas y aprende a no descuidar las necesidades de su hijo, todo esto no tiene que suponer para él automáticamente una carencia, sino todo lo contrario.

Muy importante: sólo si para usted este tiempo es demasiado corto debe preguntarse: «¿Puedo reducir el tiempo de alguna de mis restantes obligaciones en beneficio del tiempo para mi familia?».

Por ello es esencial que sepa usted organizar conscientemente el tiempo de que dispone, ya que lo determinante no es la cantidad sino la calidad del tiempo que comparten.

Si actúa en consecuencia, su falta de tiempo no tendrá por qué convertirse en una carencia emocional para sus hijos. De otro modo, la sensación de no pasar suficiente tiempo con ellos se traducirá en un sentimiento de culpa que se irá haciendo cada vez más intenso en su interior, hasta desembocar en un círculo vicioso: se encuentra bajo presión para poder cumplir con las supuestas exigencias de sus hijos.

Y si además sus hijos se comportan de una forma insoportable o se inhiben ante usted, la presión que soporta se hace aún mayor al pensar:

"Todavía no me ocupo lo suficiente de ellos".

A continuación le proporcionaremos las claves para corregir esta situación.

¿Pueden sufrir daños a largo plazo los hijos de madres que trabajan?

Persiste la creencia de que los niños de madres que trabajan no están bien cuidados y casi siempre sufren trastornos de comportamiento. Resultados de investigaciones sobre este tema realizadas en los Estados Unidos demuestran exactamente lo contrario. Según esto:

• Se dan menos casos de criminalidad entre niños de madres que trabajan que entre aquellos cuyas madres están desocupadas.

• Los niños de madres que trabajan son más libres, independientes y seguros de sí mismos,

• El porcentaje de niños con trastornos de comportamiento es tres veces mayor en familias donde la madre no trabaja que en aquellas donde sí lo hace.

No echar la culpa de los problemas a la profesión

Un proceso de desarrollo infantil donde no aparecen problemas de vez en cuando es una excepción, y no la regla. Sin embargo, para las mujeres que trabajan fuera de casa, la culpa de cualquier problema la tiene casi siempre su actividad profesional fuera del hogar.

«Me he ocupado demasiado poco de mi hijo porque he dado demasiada importancia a mi trabajo, y no estoy en casa todo el día...» Éstos son normalmente los primeros pensamientos de la madre cuando surgen dificultades en forma de cambios de comportamiento, malas notas escolares, enfermedades, etc.

La «madre de 30 minutos»

Hemos denominado «madre de 30 minutos» al sorprendente resultado de estudios realizados sobre comportamientos de los padres en la educación de los hijos. En uno de los trabajos de investigación sobre este tema, se ha podido constatar que las madres con niños en edad preescolar dedican al día a su hijo con plena concentración solamente 30 minutos de su tiempo (exactamente un 5% del tiempo en que el niño está despierto). A primera vista, esta cifra asusta a todas las madres. Todas piensan que pasan mucho más tiempo en compañía de sus hijos. Si apunta con exactitud el tiempo que comparte con su hijo, llegará siempre a la conclusión de que no supera un promedio de 30 minutos al día. Resulta curioso el hecho de que no haya gran diferencia entre el tiempo que dedica a su hijo la madre ocupada y la que no tiene trabajo fuera de casa. Evidentemente, los padres suelen sobrestimar la necesidad que tienen sus hijos de recibir su atención.

Muchos padres se guían por tópicos respecto a la ayuda que tienen que prestar a sus hijos y se imaginan que son totalmente insustituibles para ellos.

La pregunta de si estos 30 minutos al día son suficientes para el sano desarrollo de un niño ha sido respondida afirmativamente en los resultados obtenidos por la antes citada investigación.

Adiós a la «buena madre»

Estos sentimientos de culpa son causados por tópicos sobre el papel de la «buena madre». Seguidamente vamos a mostrarle algunos resultados de trabajos de investigación que refutan la aserción de que las madres que trabajan fuera de casa no se ocupan tan bien de sus hijos como las madres que no salen del hogar. El argumento más usual: la madre que trabaja fuera de casa no tiene tiempo suficiente para su hijo o sus hijos. En Alemania, la madre trabajadora dedica a sus hijos un promedio de 6,4 horas al día. La madre que permanece en casa les dedica 10,5 horas. A primera vista, parece una diferencia de horas enorme. Sin embargo, no es tan grande si se considera objetivamente el tiempo real que pasa con sus hijos la madre que está en casa. Es el que queda después de descontar las horas empleadas en ir a la compra, cocinar, planchar, limpiar, etc.

Aceptar las consecuencias

Tenga bien claro que, independientemente de la decisión que haya tomado en el ejemplo anterior, tiene que asumir que todas las decisiones son a la vez buenas y malas. En un caso como éste, no existe una decisión objetivamente correcta. Aceptar esta contradicción es más fácil de exigir que de hacer. En primer lugar, acepte el hecho básico de que todo tiene dos caras.
Sigamos con el ejemplo anterior: si la tarde -bien con su familia en el cine, o con sus colegas en la comida de negocios- no transcurre de la forma que se había imaginado, puede usted asumirlo. La decisión que ha tomado, en ese momento, ha sido correcta. No se irrite después consigo misma.

Superar el sentimiento de culpa

Seguramente le ocurre a usted igual que a la mayoría de las mujeres que trabajan fuera del hogar: a pesar de haberse decidido por una actividad profesional y en contra de una existencia de «simple ama de casa», tienen continuamente mala conciencia pensando que no están haciendo lo mejor por sus hijos. El resultado es un sentimiento de culpa que no beneficia en nada a sus hijos y que le roba energía y alegría de vivir.

Un futuro seguro

Todos conocemos los ejemplos de mujeres mayores con ingresos mínimos, o de mujeres divorciadas que a una edad avanzada han tenido que ganar dinero de nuevo. Es ilusorio en estos días pensar que una madre va a ser mantenida de por vida. No sólo es importante tener un «soporte» para la jubilación, ahorrado durante los años de vida laboral: muchas mujeres que buscan una nueva ocupación cuando sus hijos abandonan el hogar comprueban que, debido al largo tiempo de inactividad laboral, no pueden competir con otras personas más al día y mejor preparadas, y tienen que contentarse con trabajos más modestos.

Independencia económica

¿Recuerda la sensación de recibir por primera vez el propio salario? Todas las mujeres que, después de algún tiempo de pausa, disponen de nuevo de su propio dinero, describen una sensación de felicidad y euforia por poderse al fin comprar algo especial, con dinero ganado por ellas mismas y sin tener la mala conciencia de haber echando mano de la cuenta familiar.

A pesar de que en su matrimonio sea natural tener una cuenta común, permanece el sentimiento de depender de lo ganado por otro. Una independencia auténtica es casi imposible sin dinero propio.

Ver las ventajas

Es de gran ayuda recordar con frecuencia las razones que tiene, como madre, para conservar su actividad profesional.

Más autoestima

Los adultos necesitan conversar e intercambiar opiniones con otros adultos. Es bonito vivir con niños, ver cómo aprenden a investigar sobre el mundo que los rodea, jugar con ellos y acariciarlos. Pero, para un espíritu activo, no es suficiente reto el lenguaje o los temas de conversación infantiles. Las mujeres que, sólo indirectamente, a través de su pareja que trabaja, participan en la vida «exterior», pierden a menudo la confianza en sí mismas y la vitalidad. Por otro lado, la actividad profesional, por medio del contacto con colegas, le da la oportunidad de crearse un entorno espiritual y social.

La competencia profesional y la capacidad de resolver en equipo tareas y conflictos aumenta su confianza en sí misma y le produce una sensación de fuerza. Las horas transcurridas fuera de la casa y lejos del cuarto de los niños proporcionan a muchas mujeres la distancia necesaria con respecto al día a día familiar.

Conflictos internos y externos

En este ejemplo no se trata únicamente de tomar una decisión para una tarde. El conflicto externo -comida de negocios o cine- es sólo la espoleta que dispara el conflicto interno. Y aquellos conflictos que se convierten en conflictos internos cuestan fuerza interior. Quizá conoce usted personas a las que resulta difícil «sacarlas de sus casillas». Normalmente tienen la capacidad de no dejar que sus conflictos externos penetren en su interior.

Usted puede detectar sus conflictos internos si observa que le cuesta mucho esfuerzo tomar decisiones y si, una vez tomadas, se arrepiente siempre del paso que ha dado. Si, por ejemplo, ha llegado usted a la conclusión de que su profesión es cada vez más importante, acepte este hecho y no se deje influir por tópicos que la aparten de sus intereses. Tómese a sí misma y a sus deseos y necesidades en serio. Sólo usted puede decidir lo que es correcto y bueno para sí misma.

Tomar decisiones claras

Si en su vida el cambio de una actividad a otra le resulta más penoso que gratificante, puede ocurrir que detrás de esta sensación se oculte un conflicto interno; se da a conocer frecuentemente en aquellas dificultades que acompañan a una decisión y que son un factor considerable de estrés.

Ejemplo

Se encuentra ante la decisión de ir por kt tarde con su pareja y sus hijos al dhe, o aceptar una invitación de negocios.

La película interesa a toda la familia Jo cual ocurre en pocas ocasiones. Le gustaría mucho poder ver esta película en compañía de su familia, pero solamente la pasan esta tarde. La invitación de negocios, por otro lodo, fe brinda la oportunidad única ae encontrar a una persona que es muy importante para su trabajo actual y que nunca tiene ocasión de ver.

Su pareja protesta: «Sólo piensas en tm carrera, eres peor que cualquier Añore». El golpe le ha dado de lleno: m profesión es muy importante, pero tiene un montón de sentimientos meaiipabtlidod frente a su pareja.

Además, encuentra horribles a aquellas personas que sólo piensan en su carrera.

Participar de todo corazón

Aparentemente paradójico, pero factible: sacar fuerzas de la sobrecarga. Algunas madres nos informan que en su trabajo descansan de su familia y de su hogar, y viceversa.

Después de una jornada laboral agotadora encuentran en su hogar el equilibrio frente al estrés del trabajo.

Parece asombroso, ya que otras mujeres viven justamente el cambio de actividad y el tener que desconectarse de una tarea para conectarse a otra como una carga suplementaria.

Usted puede crear fuerza de la variedad de su existencia cuando, en vez de poner su atención en los lados negativos del trabajo y del hogar, la concentra en los positivos.

Las mujeres que alcanzan esta meta, al volver a casa se interesan por lo que han hecho sus hijos y por lo que ha sucedido durante el día. En su profesión buscan nuevos retos, y su trabajo les parece casi siempre entretenido e interesante. No se puede reponer fuerza si al llegar a casa o al trabajo la sensación es: «Otra montaña de trabajo que me reclama». Si usted disfruta al encontrarse de nuevo con sus hijos y con su marido, estará más relajada al enterarse de las «catástrofes» como cristales rotos, comida quemada o malas notas en el colegio.

Permitir conflictos

Muchas mujeres (por supuesto también hombres) temen la pelea, la discusión controvertida. Evitan los conflictos o reaccionan en situaciones concretas defendiéndose o justificándose.

Por otro lado, se ponen a menudo muy agresivas y descargan golpes bajos muy hirientes sobre el contrario.

Les proponemos otras formas de confrontación en su trabajo o con su pareja. Todos sabemos que después de la tormenta viene la calma; por lo tanto, el nuevo lema podría ser: «Discutir une». Enfoque los conflictos bajo otra perspectiva, considérelos positivos.

No tenga miedo a cometer errores

La frase «Uno aprende de sus errores» se ha demostrado como otra vía para hacer resaltar más claramente los aspectos positivos de la vida.

Quien comete un error, a menudo se enfada por ello o, lo que es peor, incluso se avergüenza. Así se coquean energías que nos 30drían servir para resolver e problema.

Intente cambiar su forma de pensar también en este aspecto; seguramente no le resultará fácil, pero de este modo aprenderá a ver el error desde otra perspectiva: como el motivo para plantearse alternativas y nuevos caminos que pueden conducirle a una mejora de su situación. Ni más ni menos.

Eliminar bloqueos

Muchas personas sufren por sus expectativas negativas, que sólo les permiten ver el lado negro de las cosas, y por lo tanto bloquean sus energías. Al levantarse ya piensan que no pueden terminar en el día todo lo que se han propuesto; con este planteamiento se duplica el estrés de la vida cotidiana. Existen algunas posibilidades para evitar esta «autoprogramación» pesimista.

Para eliminar los bloqueos que •"acen que nosotros mismos nos compliquemos la vida, utilizaremos os siguientes recursos:

• en primer lugar, separaremos ¿aumente lo positivo y lo negativo;

• ro evitaremos las discusiones constructivas cuando sean necesarias;

• 'econoceremos nuestros errores;

• disfrutaremos de la riqueza

• diversidad que ofrece la vida.

Al terminar el día, comience por separar las vivencias positivas de las negativas. Con esta «separación» no se sentirá tan en manos de un destino implacable, sino que podrá percibir las cargas que soporta como una simple sarte de la realidad y evitará así que le influyan demasiado.

Viaje fantástico

Inicie un viaje fantástico:

• Vuelva usted conscientemente sobre un aspecto de su vida, intentando con todas sus fuerzas visualizarlo positivamente. Puede imaginárselo en los más brillantes colores: el éxito en un proyecto de su trabajo, el buen entendimiento con sus jefes y colegas, la promoción y el ascenso meteórico en su carrera.

• Ejercicio «Éxito»

¿Tal vez quiera soñar con hijos buenos y amables? Deje pasar delante de sus ojos una excursión agradable con toda la familia:

Imagínese una hora feliz con sus hijos. Empiece llamando a su memoria sus caras. Experimente en su fantasía todo tipo de actividades. Pinte el juego o la actividad que más le satisfaga lo más real posible. Intente percibir los colores de los globos y de los regalos de un cumpleaños infantil. Escuche las voces excitadas hablando de un nuevo juguete; acuérdese del ruido típico de una piscina un día festivo caluroso; el aroma de los dulces de Navidad que está haciendo con los niños o de los chorizos que preparan una noche de verano en la barbacoa.

Después de un tiempo le será posible sentir en su imaginación el tacto de otra persona.

Estos viajes fantásticos serán cada vez más fáciles, ya que su poder imaginativo aumentará rápidamente cuantas más veces, con más naturalidad y más relajada se atreva a emprender tal excursión. Para pensar positivamente no basta, sin embargo, con soñar con la felicidad y el éxito.

Cómo el soñar puede sernos de ayuda

La expresión profesional en el entrenamiento mental para una iroencia lo más intensa posible de ía fantasía se llama «visualización». Mos aprovechamos del hecho de que b mente no sabe diferenciar entre ■ra fantasía vivida intensamente y la realidad.

Muchos de nosotros ya hemos oqperimentado lo difícil que puede irsultar saber en cierto momento si algo es sueño o realidad. Una fantasía

lo bastante intensa puede transmitirnos una sensación total de realidad. A pesar de que en muchos casos se trata de experiencias inquietantes y horribles, también puede ser útil para hechos excitantes en el sentido positivo. Si ya hemos experimentado mentalmente la felicidad del éxito, podemos convencernos con más facilidad de que el éxito puede alcanzarse.

Con la visualización podemos emplear conscientemente nuestra fantasía para condicionar interiormente un futuro lo más positivo posible y fantasear de esta manera sobre posibles soluciones. No tiene nada que ver con un ritual mágico. Simplemente significa que interiormente uno se orienta hacia un fin positivo: su película interior termina con un happyend.

• Hay que hacer una pequeña limitación: estos viajes con la fantasía a la larga no sustituyen la realidad; sólo pueden ayudarnos a encontrar lo que nos conviene. Sirven para lograr motivación interior y hacen más probable el éxito. No pueden reemplazar ninguno de los objetivos realmente. El retorno a un mundo de sueños, anulando la vida real, sería un modo negativo de emplear la propia imaginación.

Crear fuerza

La sobrecarga está estrechamente relacionada con la expectación o la confrontación real de un fracaso. Un papel muy importante lo desempeña la opinión que tenemos de nosotros mismos, ya que el éxito comienza en la cabeza. Ésta es la clave para las personas que saben que mucho de ¡o que creemos que viene de fuera ha sido creado en realidad por nuestra propia mente. Quien cuenta con un fracaso, se dirigirá en línea recta hacia él. Pero afortunadamente también lo contrario es válido: quien está convencido de su éxito, obtiene resultados positivos.

Pensar positivamente

En nuestra relación con el estrés hay que tener en cuenta dos cosas:

1. Encontrar para uno mismo la proporción adecuada de reto y carga.

2. Utilizar métodos que ayuden a superar situaciones negativas, fsío es decisivo para usted como madre que trabaja, ya que no puede determinar por sí misma la amplitud de la carga que tiene que soportar.

Según nuestras experiencias, hay sobre todo dos factores que le ayudan en la búsqueda mental de mejoras: expectativas optimistas y el triunfo sobre la mala conciencia.

Crear fuerza

Seguramente usted ya se ha dado cuenta de que hay madres con empleo que aparentemente se derrumban bajo la carga del trabajo, mientras que otras superan tareas comparables sin esfuerzo aparente. No cabe duda: una madre que trabaja debe rendir mucho, y esto cuesta nervios y energía.

Las investigaciones que se han hecho sobre el estrés -que entendemos normalmente como «sobrecargas-muestran que puede tener una parte positiva. Existe un estrés positivo y un estrés perjudicial. Los resultados más relevantes de esta investigación se pueden resumir en la frase clave de Hans Selye:

No es el acontecimiento en sí lo que nos produce el estrés, sino nuestra asimilación interior de éste, que nos hace enfermar o sentirnos desamparados.

La misma presión exterior que para unos supone el estímulo de un reto, para otros significa el derrumbamiento total. El estrés está fuertemente relacionado con la vida interior.

Cuando estamos en tensión pero a la vez deseando terminar bien un trabajo, experimentamos el «estrés positivo» (eustrés) el cual aumenta

nuestro bienestar, anima y activa nuestra productividad. Si no se cumplen nuestras expectativas o se convierten en el polo opuesto y pensamos no poder conseguir nuestros objetivos, el resultado es un «estrés negativo» (distrés) que nos perjudica, nos pone enfermos y nos desmotiva.

• Como el estrés está relacionado tan estrechamente con nuestras vivencias internas, podemos utilizar una estrategia mental para controlarlo y así manejarmejor los hechos negativos que no podemos dominar.

Las soluciones empiezan en la cabeza

En esta parte del libro realizaremos un trabajo mental:

• pensar positivamente,

• eliminar bloqueos y

• superar sentimientos de culpa.

Con esto ya habremos recorrido la mitad del camino hacia un mayor control de su carga. Su gran aliado en todo este proceso es usted misma, si consigue obtener un espacio de libertad personal, mantenerlo y con ello renovar sus energías.

Cambios lentos

Ahora tiene delante de usted una difícil tarea: calcule cuánto tiempo suplementario necesitaría para poder realizar sus deseos.

• Mire en sus gráficas de tiempo y de nervios qué obligaciones le resultan más desagradables. El tiempo que le falta debe sacarlo de ahí.

• Esto significa indudablemente que algo debe ser suprimido. Pero muy a menudo las tareas más incómodas son aquellas que parecen más necesarias: planchar, cocinar, limpiar el baño, comprar...

• Negocie y haga un contrato consigo misma: no se va a resignar y no va a renunciar hasta que no haya encontrado, de alguna forma, la posibilidad de obtener el tiempo necesario.

• Reflexione dónde puede suprimir algo superfluo, dónde puede delegar algo y motivar a su familia para que colabore.


El objetivo a la vista:

Ahora dibuje en su «gráfica ideal» el lugar que va a conseguir para aquellas cosas que son importantes para usted. Esto no es un juego: esta gráfica ideal es una preparación mental importante y base para todo aquello que le vamos a proponer seguidamente. Porque en el momento en que usted al fin sepa adonde quiere ir, avanzará con menos esfuerzo.

Dibuje su «gráfica ideal»

Coloque usted sus gráficas de tiempo y de nervios una junto a la otra, y dibuje un nuevo círculo vacío, para su «gráfica ideal». Seguidamente, proceda de la forma siguiente:

¿Qué es importante? Piense en las cosas que le gustaría hacer y lo que verdaderamente encontraría importante en su vida.

• Haga una lista. Guíese exclusivamente por sus deseos y sueños. Ignore presiones, razones sensatas o hechos..

• Cuando tenga terminada la lista, colóquela junto a su círculo de tiempo y compare cuántas de las cosas que son importantes para usted están incluidas en este círculo y cuánto tiempo les dedica. Probablemente comprobará que aquellas cosas que significan mucho para usted tienen un espacio muy pequeño en su gráfica de tiempo.

¿Dónde está el núcleo de la crisis?

¿En qué situaciones con otras personas se encuentra especialmente agobiada?

• ¿Se trata de las eternas discusiones con los colegas del otro departamento o las provocaciones de la vecina que tiene algo que objetar a su forma de vida?

• ¿0 tiene usted siempre la sensación de haber cometido un fallo, no cumpliendo las exigencias de sus hijos/pareja/usted misma o de su jefe?

Para analizar estos puntos, reflexione sobre los diferentes factores que componen actualmente su vida:

• Hijos: ¿en qué situaciones la irritan más sus hijos?

• Pareja: ¿en qué situaciones llega a pelearse con su pareja?

• Hogar: ¿qué tareas domésticas le resultan especialmente desagradables?

• Profesión: ¿qué problemas profesionales la agobian más de lo objetivamente necesario?

Dibuje su «gráfica de nervios»

Dibuje un segundo círculo que llamaremos «gráfica de nervios». Debe mostrar cuánta tensión le ocasiona cada actividad diaria. A menudo aquellas tareas que desgastan más nuestros nervios son las que se realizan en un tiempo relativamente corto, pero que convierten el día en una lucha agotadora y que cierran el camino a cualquier forma de relajación.

Reflexione un momento:

¿Qué es lo que desgasta más sus nervios a diario de una forma desproporcionada?

• ¿Está usted por la mañana agotada antes de salir de casa, porque su familia se vuelve loca regularmente?

• ¿Se pone nerviosa con el tráfico, o por la tarde, al llegar a la caja del

supermercado, está tan sobrecargada que tiene ganas de gritarle a todo el mundo?

Dibuje su propia gráfica

Naturalmente, su gráfica puede ser muy diferente de la de Ana. No todas sus secciones tienen importancia para usted; sin embargo, puede precisar de otras que Ana no tiene.

Reflexione un momento:

• ¿En qué emplea su tiempo? Tome una semana cualquiera de la época laboral como referencia.

• ¿Cuántas horas a la semana dedica a determinadas tareas?

• Indique su reparto de tiempo en un círculo en blanco.

• Estudie críticamente su círculo de tiempo igual que Ana lo hace en nuestro ejemplo.

Gráfica de Ana:

Como no necesita calcular una media exacta, parte de un día de la semana normal.

Ana se sorprendió al ver su círculo. ¿Tanto tiempo perdía a diario en compra, tareas domésticas y transporte de los niños?

No se lo había imaginado nunca. El menor tiempo lo dedicaba a las cosas que para ella eran verdaderamente importantes, sobre todo el tiempo libre en el cual podía dedicarse a los niños, practicar algún deporte o encontrarse con sus amigas.

Era necesario crear una nueva gráfica. Ana dibujó una gráfica ideal. Indicó cómo desearía repartir su tiempo, y calculó en qué actividades podía reducirlo: evidentemente, en aquellas tareas que podía delegar en otros miembros de la familia. Entonces actuó:

• Como los niños ya eran lo suficientemente mayores para ir al ballet ya la piscina sin «chófer», suprimió su servicio de transporte de los niños.

• Se puso de acuerdo con su marido en que también él iría a hacer la compra por lo menos una vez por semana, después de su trabajo.

El análisis

Comience el análisis dibujando un círculo o gráfica de tiempo. Seguramente conoce las gráficas circulares en los que se reflejan los porcentajes de los partidos en las elecciones. Con una gráfica similar puede perfectamente delimitar el empleo diario de su tiempo.

Ejemplo: Ana

Con este ejemplo entenderá lo anteriormente dicho: Ana tiene 36 años, está casada y es arquitecto de profesión. Trabaja 3/4 partes de la jornada en una institución estatal, tiene dos niños de 12 y 10 años, coche propio, pero ninguna ayuda doméstica.

Se le ha pedido pintar un círculo que represente el transcurso de un día de trabajo normal desde que se despierta hasta que se acuesta, indicando cuántas horas dedica habitualmente a cada una de sus actividades.

¿En qué utiliza su energía?

Antes de emprender el próximo capítulo, dedicado a las estrategias con las que podrá usted mejorar su vida cotidiana, nos será de ayuda comenzar con un estudio crítico de la situación.

En primer lugar, deseamos que analice cuáles son sus cargas diarias, cuánto tiempo dispone para sus múltiples actividades y hacia dónde se canaliza su energía.

Vamos a comprobar juntos si verdaderamente no tiene otra opción que la de caer sobre su cama todas las noches al límite de sus fuerzas.

• Vamos a presentarle un método por el cual puede averiguar en qué emplea su tiempo y cuándo y durante cuánto tiempo hace la cosas. Posiblemente podrá constatar que existen posibilidades de cambio, siempre que usted lo reconozca.

• Seguramente conoce el fenómeno de que un trabajo puede necesitar bastante tiempo, pero que a la vez satisface y relaja, mientras que otro trabajo que puede terminarse con rapidez cuesta muchos nervios. Este último es realmente agotador y desgasta energía, se realiza sin ilusión y con pocas ganas e incluso se considera secretamente como una actividad inútil.

Si dibuja unas gráficas de «tiempo» y «nervios», podrá visualmente identificar el «factor que consume tiempo y energías» y esto le ayudara a reflexionar sobre posibles alternativas

Todo debe estar perfecto

Los elevados retos y exigencias a los que se enfrenta la mujer que trabaja hoy en día le crean una gran tensión -lo que a menudo desencadena trastornos de tipo psicosomático. Las mujeres ya no trabajan sólo para solucionar sus necesidades materiales: ahora esperan reconocimiento en su profesión y posibilidades de desarrollo posterior en el aspecto material y en el personal.

Muchas mujeres dan valor a tener un margen de decisión en su trabajo y, desean un buen salario. Además, la mujer de hoy aspira a tener hijos, una pareja y suficiente tiempo libre. Pero esto no es todo: los niños, mediante un cuidado atento y esmerado, deben obtener la mejor educación para afrontar la vida; los invitados no deben ser obsequiados con comida precocinada, sino con platos caseros; además, el amor debe ocupar su lugar apropiado. Resumiendo: las mujeres quieren hacerlo todo a la perfección. Muchas mujeres que trabajan no pueden relajarse, lo cual agrava el problema. Sufren el síndrome conocido como «enfermedad del ejecutivo» que durante mucho tiempo sólo se conocía en el sexo masculino. Una parte de su atención se queda siempre en el tema que en realidad acaba de finalizar. Muchas mujeres están todavía pensando en su trabajo cuando ya han vuelto a casa y se ocupan de sus hijos; y al contrario: en el trabajo o en su tiempo libre no pueden evitar estar pensando en los niños. En primer lugar -liberadas de sus tres tareas, «cocina, niños, carrera»- pierden la capacidad de poder hacer algo sólo para sí mismas y disfrutar de ello: el que tiene mala conciencia cuando se permite tomarse tiempo para sí mismo es incapaz de recuperarse en los momentos de descanso.

El sentimiento constante de culpabilidad

El hecho de no estar en cada momento del día disponible para los hijos produce en muchas madres que trabajan un sentimiento de culpabilidad. Ellas temen no cumplir al 100 °/o con lo que tienen derecho a recibir sus hijos. Detrás de este sentimiento se esconde el miedo a ser negligentes con ellos, ya que como madres con trabajo no disponen de más tiempo.

Los reproches hacia sí mismas aumentan cuando empiezan a surgir los problemas: cuando el niño tiene dificultades en la escuela, tiene un accidente, se pone enfermo o entra en el círculo de la drogadicción y la criminalidad, «la culpable» es automáticamente la madre que trabaja fuera del hogar, porque no ha prestado a su hijo la atención necesaria. En el capítulo «Superar el sentimiento de culpa» se comenta cómo puede combatirse la mala conciencia.

Las madres que trabajan no sólo se sienten culpables por sus hijos: muchas veces sufren por tener la impresión de no prestar la atención requerida ni a sus hijos ni a su trabajo.

Por un lado, tienen miedo de:

• no promocionar lo bastante a sus hijos,

• no jugar con ellos lo necesario,

• ser demasiado impacientes con ellos,

• no proporcionarles suficiente apoyo y seguridad.

Por otro lado, temen también:

• fracasar en su profesión,

• no ser tomadas en serio por sus colegas,

• no conseguir el tiempo necesario para continuar su formación,

• no ser lo suficientemente flexibles.

Más razones para la sobrecarga

Aparte de los problemas concretos de organización con los que se enfrentan las madres que trabajan, hay una serie de dificultades que tienen menos que ver con la carga del trabajo en sí que con los propios retos y angustias personales más o menos inconscientes.

Nos referimos a:

• sentimientos de culpabilidad con el hijo o con los hijos,

• la duda constante entre las diferentes obligaciones que muchas veces parecen incompatibles,

• la necesidad de hacerlo todo perfectamente,

• la incapacidad de relajarse.

Cifras y hechos en España

Según un estudio publicado en diciembre de 1994 por el Consejo Económico Social, en España se ha asistido entre 1984 y 1993 a una transformación profunda de la realidad social femenina, fruto de ias modificaciones en el sistema productivo y legislativo y a los cambios que ha experimentado rsuestra sociedad en este periodo. Dicha transformación se manifiesta sobre todo en los terrenos demográfico, educativo y laboral, er los que cabe destacar un importante descenso de la natalidad, la notable presencia de ia mujer en los niveles superiores úe formación y el incremento de a tasa de actividad (que no ocupación) femenina. Er c ámbito laboral, la mujer se ha "corporado masivamente al trabajo (más de 1,5 millones) sin abandonar ia actividad laboral por maternidad, matrimonio, etc. No obstante, aun constituyendo sólo 1/3 de la poolación activa, el colectivo ferenino representaba un 47% dti total de parados en 1993. Por otra parte, las mujeres soportan un mayor grado de temporalidad (el 32 % de las mujeres asalariadas en

1993), y un uso más frecuente en las modalidades de empleo a tiempo parcial (el 14% de las mujeres asalariadas), debido sobre todo al tipo de actividad desarrollada. Otro aspecto reseñable es un estancamiento del número de mujeres en puestos directivos (1 mujer por cada 10 hombres desde 1984), probablemente debido, entre otros factores, a las dificultades con las que la mujer tropieza a la hora de compaginar el trabajo doméstico con la actividad laboral. Pese a los avances en la legislación laboral de las últimas décadas y a las políticas de promoción de la igualdad de oportunidades, auspiciadas desde instituciones estatales, autonómicas y comunitarias, el desigual reparto del trabajo doméstico (el 60% de las mujeres ocupadas atiende, además, a las tareas del hogar) y las responsabilidades familiares (la mayoría de españoles entre 25 y 44 años tiene menores de edad a su cargo), y el escaso apoyo económico a la familia (el 1 % del gasto social total) dificultan enormemente el desarrollo profesional femenino y determinan un mayor riesgo de enfermedades psicosomáticas entre el colectivo de las mujeres -y sobre todo de las madres- ocupadas.

¿Està sobrecargada? No es de extrañar

Uno ya casi no se atreve a mencionar ese hecho convertido en trivialidad, pero la verdad es que las mujeres de hoy soportan una triple carga. Las tareas tradicionales «cocina, hijos, iglesia» se han convertido en las tareas modernas «cocina, hijos, carrera».

Esto significa que, para las madres que trabajan, el malabarismo diario con los más diversos retos y problemas se ha convertido en una regla. Hay que cuidar a los niños, pero las plazas disponibles en guarderías y jardines de infancia son escasas. Por ello, el cuidado durante todo el día del niño en edad escolar sigue siendo un gran problema. La gran mayoría de las madres que trabajan tienen que faltar a su trabajo y quedarse en casa cuando sus hijos están enfermos, ya que no hay nadie que pueda hacerse cargo de ellos. Pero, por otro lado, si la mujer quiere mejorar profesionalmente, no puede permitirse las ausencias al trabajo. Cuando es la madre la que está enferma, el problema del cuidado de los hijos casi no tiene solución. La casa y el cuidado de la familia necesitan ser organizados. Los padres de hoy están más dispuestos que antes a echar una mano; sin embargo, el mayor peso sigue llevándolo la mujer. En el trabajo se le exige dedicación total. Todavía hay empresarios que, para el buen desarrollo del trabajo, consideran a la madre como un «factor de riesgo». Esto supone a menudo tener que duplicar o triplicar las propias fuerzas para evitar las críticas; la consecuencia de este esfuerzo es un aumento del estrés y un cansancio excesivo. Si tiene constantemente la sensación de luchar simultáneamente en varios frentes y no tiene posibilidades de recuperarse y poder «cargar sus pilas», arriesga a largo plazo su salud y bienestar. Si ignora durante un tiempo excesivo su necesidad natural de descanso y tranquilidad, en algún momento puede sufrir el «síndrome de Burn-out», es decir, tener la sensación de estar quemada.

Reflexione un momento:

Si:

• ya no puede dormir bien y

• ya no puede disfrutar,

• ya no goza de la ternura y de la sexualidad, de sus hijos, de su trabajo y de la vida,

• se encuentra siempre cansada y agotada,

• tiene la impresión de rendir cada vez menos a pesar de un esfuerzo cada vez mayor,

• no pueda desconectar, esto significa que ya padece el síndrome Burn-out.

Niños, cocina y carrera

Hoy en día, las mujeres quieren una vida intensa, que combine felizmente la familia con el trabajo, a pesar de que a veces la montaña de quehaceres parece insuperable.

Una descripción exacta de su situación:

• aclara en qué ámbitos internos y externos surgen aquellos obstáculos que absorben su energía;

• demuestra que con una nueva organización se puede ganar tiempo y energía.

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