Participar de todo corazón

Aparentemente paradójico, pero factible: sacar fuerzas de la sobrecarga. Algunas madres nos informan que en su trabajo descansan de su familia y de su hogar, y viceversa.

Después de una jornada laboral agotadora encuentran en su hogar el equilibrio frente al estrés del trabajo.

Parece asombroso, ya que otras mujeres viven justamente el cambio de actividad y el tener que desconectarse de una tarea para conectarse a otra como una carga suplementaria.

Usted puede crear fuerza de la variedad de su existencia cuando, en vez de poner su atención en los lados negativos del trabajo y del hogar, la concentra en los positivos.

Las mujeres que alcanzan esta meta, al volver a casa se interesan por lo que han hecho sus hijos y por lo que ha sucedido durante el día. En su profesión buscan nuevos retos, y su trabajo les parece casi siempre entretenido e interesante. No se puede reponer fuerza si al llegar a casa o al trabajo la sensación es: «Otra montaña de trabajo que me reclama». Si usted disfruta al encontrarse de nuevo con sus hijos y con su marido, estará más relajada al enterarse de las «catástrofes» como cristales rotos, comida quemada o malas notas en el colegio.

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