Ana se sorprendió al ver su círculo. ¿Tanto tiempo perdía a diario en compra, tareas domésticas y transporte de los niños?
No se lo había imaginado nunca. El menor tiempo lo dedicaba a las cosas que para ella eran verdaderamente importantes, sobre todo el tiempo libre en el cual podía dedicarse a los niños, practicar algún deporte o encontrarse con sus amigas.
Era necesario crear una nueva gráfica. Ana dibujó una gráfica ideal. Indicó cómo desearía repartir su tiempo, y calculó en qué actividades podía reducirlo: evidentemente, en aquellas tareas que podía delegar en otros miembros de la familia. Entonces actuó:
• Como los niños ya eran lo suficientemente mayores para ir al ballet ya la piscina sin «chófer», suprimió su servicio de transporte de los niños.
• Se puso de acuerdo con su marido en que también él iría a hacer la compra por lo menos una vez por semana, después de su trabajo.
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