Usted tiene tiempo

Consideramos estos gritos

de desesperación como una fase

intermedia necesaria.

Muchas mujeres deben empezar

a familiarizarse con la idea de que

también ellas tienen la posibilidad

de crear un área personal

de disfrute completo en su tiempo

libre, muchas veces incluso

con marido e hijos.

Tal vez vaya todo un poco despacio,

necesite preparación intensiva, algo

de resistencia y firmeza y una cierta

«reconversión» de los hábitos

familiares, pero cuando lo haya

conseguido, aparecerá un sentimiento

de felicidad por haber logrado

justamente lo que deseaba;

y esto justifica plenamente esa

determinación, perseverancia

y autocontrol que le han costado

tanto esfuerzo.

Las dudas son normales, pero siga adelante

Usted nos va a decir que no tiene el tiempo necesario para todas estas ¡deas que hemos propuesto. También creerá que sólo una mujer sin hijos o sin trabajo se podría permitir una sola de estas alternativas, por una simple cuestión de tiempo.
Si nosotros le contamos que conocemos para cada una de estas actividades a una o varias mujeres con hijo(s) y trabajo que sí pueden llevarlas a cabo, usted probablemente subrayará las cualidades de los maridos o compañeros y afirmará: "Con mi compañero y mis posibilidades, no tengo la mínima oportunidad".

¿Por qué no algo completamente nuevo?

Admita también aquellos deseos que cree no poder realizar. La única condición: olvídese de la frase «No puedo hacer un curso de baile, de surf o el carnet de conducir motos a los cuarenta». Lo único que cuenta: «Esto me puede divertir». De momento, evite cualquier «pero». Decídase como si tuviera todo el tiempo del mundo y todas la facultades. Intente primero encontrar aquella actividad que le provoque el máximo placer, estímulo, relajación, impulso, bienestar, o todo a la vez.

Atrévase a hacer «locuras». Lo normal es que estas ¡deas solo surjan cuando nos permitimos pensar en ellas y no nos bloqueamos de antemano pensando: «Esto es completamente imposible». De repente, la ¡dea cae «del cielo»: aprender a tocar el piano, manejar una cometa, ir a un curso de submarinismo o escultura, o aprender bailes escoceses.

• Nuestro consejo

Si ha encontrado algo emocionante, dé ya el primer paso:

• Por ejemplo, busque un libro sobre su tema elegido o el programa de un curso sobre la actividad escogida.

• Hable con personas que se ocupen de ese tema.

• Examine si su curiosidad aumenta y permítase experimentar algunas cosas. No necesita hacer «B» por haber dicho «A». Tiene el derecho de dejar una tema simplemente y empezar algo nuevo tantas veces como le apetezca. Por supuesto, también puede no hacer nada. No se presione en su tiempo libre. Lo que hace en sus horas de ocio sirve para su placer y su tranquilidad. Da igual lo que quiera hacer:

¡lo importante es empezar!

Esto me divierte

La siguiente lista puede darle estímulos y ayudarla a encontrar lo que le gustaría hacer:

Aerobic

Artes marciales

Bádminton

Baile clásico

Bailes de salón

Body building

Canto

Ciclismo

Equitación

Escalada

Esquiar

Estudiar idiomas

Excursionismo

Ir al cine

Jogging

Meditación

Motociclismo

Natación

Leer

Paracaidismo

Pasear

Patinaje

Pintar

Salir a comer o a tomar una copa

Squash

Sauna

Tai Chi

Teatro

Tenis

Tiro al arco

Tocar un instrumento

Tomar el sol

Yoga


¿Qué te divierte a ti? Déjanos un comentario!


Descubra lo que realmente quiere hacer

Es bueno tomarse tiempo para uno mismo, pero hacer algo que le satisfaga verdaderamente es aún mucho más importante. Por ejemplo, Silvia; seguramente hubiera aprovechado más el curso del miércoles en vez de las horas de francés que empezó menos convencida.

De repente, muchas mujeres se dan cuenta de que ya ni saben lo que les interesa verdaderamente. Han cumplido demasiado tiempo con su deber para paliar su sentimiento de culpa, sin preguntarse lo que son sus auténticas necesidades personales.

Creación de un espacio personal libre

Compromiso profesional, familia, hogar... Sin embargo, no se olvide de lo más importante: tómese tiempo para usted misma. A largo plazo sólo puede responder a las exigencias del reto que se le presenta si se toma el tiempo suficiente para relajarse y reponer fuerzas. La mayoría de las madres con trabajo lo saben, pero no actúan consecuentemente.

Realmente, no es siempre posible cumplir con este objetivo. Desde dentro y desde fuera se acumulan demasiadas resistencias. Si la madre de dos hijos quiere participar en un curso de gimnasia, tiene que coordinar una serie de horarios. Por ello, muchas madres con trabajo renuncian a actividades personales, o se contentan con lo que pueda entrar en su escaso «tiempo de ocio».

Por ejemplo: Silvia, una procesadora de datos y madre sola con un hijo de dos años, encontró un canguro a precio aceptable solamente para los martes por la noche. Esto le permitió matricularse en un curso de francés que se impartía en el centro cívico de su municipio. Silvia hubiera preferido participar en un grupo de defensa personal para mujeres que se daba los miércoles. Pero entonces tendría que haber pagado más dinero a otro canguro.

Tómese en serio sus deseos y aspiraciones. Aunque la coordinación diaria del trabajo y de la familia tienen preferencia, usted debe intentar ganar tiempo para sí misma y emplearlo positivamente. Es mucho más fácil cumplir con las obligaciones necesarias si a la vez se persiguen metas propias tanto en la vida privada como en la profesional.

Nuestro consejo

Añadir calidad al tiempo dedicado a la familia se hace mucho más fácil cuando se tienen horarios fijos para estar juntos. Este tiempo lo debe llenar con actividades sensatas, con juegos, hablando o con iniciativas comunes. No se trata solamente de que usted quiera conocer mejor a su hijo. Usted debe ser abierto... Lo mejor es tener horarios fijos para reunir a toda la familia y compartir ese tiempo. La hora y las circunstancias dependen naturalmente de su agenda. Es importante que todos se puedan orientar hacia esa cita temporal.

En familias donde los niños pasan mucho tiempo sin la presencia de las madres, estas reuniones familiares periódicas se convierten en un acontecimiento enriquecedor. De repente, todos comparten el mismo papel, todos quieren y pueden comentar los acontecimientos y los logros del día.

Los niños necesitan seguridad

A pesar de todos estos intentos de independencia, los niños necesitan sentirse seguros (esto también vale para los adolescentes, aunque éstos nunca lo admitirían). Requieren el sentimiento de seguridad y el apoyo de los adultos en los que confían. Los niños se pueden volver miedosos en su impulso de independencia, cuando se encuentran abandonados o entregados sin protección a una situación de peligro. Pero si tienen la posibilidad de hacer experiencias seguras de exploración, entonces están orgullosos de todo lo que han sabido «hacer solos». No sólo los padres deben transmitir seguridad; tal vez los niños precisan del contacto con «extraños», de los que pueden imitar reacciones y comportamientos que no experimentan en su casa.

Desde los cinco años

A partir de los cinco años, los niños necesitan mucho tiempo para asimilar, jugando, sus vivencias. El juego es un factor desvalorizado, y los padres se creen más indispensables de lo necesario. La mayoría de los niños solamente experimentan el tiempo que pasan con los adultos positivamente si éstos saben intervenir lo menos posible. Para algunos niños, la clave de su querida independencia es «hacer algo por sí mismos».

No se puede generalizar sobre cuándo un niño se siente seguro. Algunos niños sólo se sienten protegidos cuando saben que en el cuarto de al lado hay una persona conocida, mientras que para otros niños basta con saber que por la noche se reencuentran con una persona familiar.

Para dar seguridad es importante la continuidad, no la singularidad. Esto quiere decir que muchas y diferentes personas pueden transmitir sensación de seguridad: padres, abuelos, maestros de párvulos, chicas/os au-pair...

Lo decisivo es que el niño sepa siempre que, al cabo de un tiempo aceptable para él, puede contactar con una persona de confianza. En este proceso de hacerse independiente y adulto, usted puede fortalecer de forma significativa la confianza de su hijo en usted transmitiéndole que no está enfadada con él cuando da su confianza a otras personas. La forma en que usted, como madre, puede ayudar a su hijo a encontrar a estas personas de confianza

Los primeros cuatro años

De 6 a 9 meses

En la siguiente fase empieza el desarrollo motor. Comienza controlando la capacidad de aprensión (coger y asir), seguida por s coordinación de brazos y piernas.

Muy importante: el niño empieza a distinguir caras y reacciona frente a rostros nuevos, en muchos casos con reserva. Algo exageradamente se habla del «miedo de los nueve meses». Estrategia: que tenga muchos contactos; así, el niño aprende aae lo nuevo es interesante.

Los primeros cuatro años

La relación apropiada entre libertad y seguridad depende naturalmente del propio niño, de su temperamento y predisposición y, desde luego, de su edad.

De 0 a 5 meses

En el primer medio año, el niño depende completamente de los demás. Sin embargo, no depende obligatoriamente de la madre: también a esta edad el cuidado puede ser realizado por el padre u otra persona de referencia, sin perjuicio alguno para el niño.

Aparente contradicción

Dos necesidades básicas y a veces aparentemente contradictorias de los niños son, por un lado, el deseo de independencia y, por el otro, la necesidad de seguridad y protección. Una de las condiciones más importantes para el desarrollo sano de su hijo es que tenga la posibilidad a independencia y que reciba la seguridad que necesita.

Independencia y seguridad

Su conflicto interior puede aumentar por el hecho de que los hijos a veces demuestran un comportamiento contradictorio: hay fases en las que quieren tener a su madre constantemente a su lado e incluso comparten secretos con ella, y también hay otras fases en las que están a la defensiva y quieren «hacerlo todo por sí mismos», sin ayuda de nadie.

Ejemplo

Susana es ingeniero y trabaja a jornada completa. Tiene dos hijos, Lucas (5) ySonia (8) y juega regularmente a squash.

El tiempo que pasa con sus hijos transcurre conscientemente, sin distracciones. Cuando está con sus hijos, Susana juega con ellos, les lee algo o inicia cualquier actividad que les divierta a todos. Con ello compensa el escaso tiempo que pasa con los niños. Aunque Susana no está libre de sentimientos de culpabilidad, ha encontrado una vía para asumir el problema. Ha cedido, como ella dice, todos los «servicios destinados al niño» a una «madre de día» en la que tiene plena confianza, la cual les recoge de la escuela y guardería, les prepara la comida y se ocupa de ellos hasta las cinco y media de la tarde. Dos tardes a la semana viene su suegra a acostar a los niños, mientras Susana juega a squash y después va a tomar una cerveza con su marido Pedro y algunos amigos.

Si tiene la mínima sospecha de que sus hijos pueden necesitarla durante más tiempo, lo comenta con ellos. A menudo se originan conversaciones con los niños muy instructivas que le transmiten con qué exactitud la observan y con qué precisión detectan si su madre está del todo con ellos o sólo a medias, debido a un problema de trabajo que la ata internamente. Para Susana, las indicaciones de los niños son muy importantes, pero ello no significa que pierda de vista sus propios intereses.

Los más afectados: los niños

Es importante encontrar la medida exacta para:

• el tiempo que efectivamente dedica a su hijo o hijos;

• la calidad de las horas que pasan juntos.

Si usted pasa 30 minutos completos con su hijo y está total y exclusivamente pendiente de él, este tiempo será suficiente. Su hijo tiene bastante con estos 30 minutos al día de entrega intensiva de su madre. Lo que importa es que verdaderamente se tome usted ese tiempo, que dedica a su hijo con toda intensidad y no se distraiga pensando en su trabajo, la casa u otros asuntos.


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